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EL INAH EN GUERRERO ESTUDIA PIEDRA LETRA, CONJUNTO CEREMONIAL EN CERRO DE TLACOACHISTLAHUACA, EN LA ZONA AMUZGA

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Secretaría de Cultura | 23 de septiembre de 2025 | Comunicado

  • Cuenta con basamentos, estructuras y una serie de petrograbados
  • Es una zona arqueológica poco conocida; se considera que fue sitio de culto al agua y al sol
  • En total, once sitios prehispánicos de la Costa Chica fueron inspeccionados

Piedra Letra, un antiguo centro ceremonial, de posible culto al agua y al sol, ubicado en Tlacoachistlahuaca, municipio de la Costa Chica, Guerrero, fue sujeto de registro por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Se trata de un área arqueológica poco conocida, pese a su importancia como espacio de convivencia entre grupos amuzgos, mixtecos y los extintos ayacatecos.

Seis comunidades de dicho municipio –Huehuetónoc (donde se ubica Piedra Letra), Limón Guadalupe, Jicayán de Tovar, Santiago Yoloxóchitl, San Cristóbal y Guadalupe Mano de León– fueron inspeccionadas por los arqueólogos Cuauhtémoc Reyes Álvarez y Miguel Pérez Negrete, del Centro INAH Guerrero, quienes reconocieron once sitios prehispánicos, en los que se observa cerámica en superficie, manifestaciones rupestres y estructuras arquitectónicas.

El recorrido de superficie surgió de la mesa de trabajo “Cultura e identidad”, en el marco de los acuerdos del Plan de Justicia y Desarrollo del Pueblo Amuzgo, durante la cual, el presidente municipal de Tlacoachistlahuaca, Emmanuel Cuevas Rodríguez, comunicó al Centro INAH Guerrero la existencia de los vestigios.

Para los especialistas del INAH fue una oportunidad única, pues algunas de las características culturales de Tlacoachistlahuaca, en lengua amuzga sei’ chue (“llanura de los tlachuaches”), solo se conocen por fuentes históricas, como Relaciones Geográficas del siglo XVI.

En opinión de Reyes Álvarez, “si bien la Costa Chica de Guerrero ha sido recorrida por investigadores desde los años sesenta del siglo XX, la región no cuenta con un registro extenso de sus sitios arqueológicos, el cual es el primer paso para su investigación, protección y conservación”.

Un crisol cultural

Hoy en día, la región se mantiene como un crisol cultural, pues grupos amuzgos se concentran en Tlacoachistlahuaca y Huehuetónoc, y los mixtecos en la parte norte, como en Limón Guadalupe y Santiago Yoloxóchitl. Además, hay vínculo con nahuas descendientes de los pastores de haciendas volantes en El Carmen, en el municipio de Xochistlahuaca.

Su territorio integra formaciones montañosas de la Cordillera Costera del Sur y valles pequeños. En la cúspide de un cerro, cercano a Huehuetónoc, está Piedra Letra, conjunto ceremonial que, a lo largo de ocho siglos, funcionó como lugar de culto al agua y al sol, según se infiere por los motivos de varios petrograbados.

En la cima hay una plataforma amplia, con dos basamentos y otras estructuras menores, asociadas a un afloramiento rocoso que se usó para plasmar los petrograbados, los cuales datan de los periodos Epiclásico-Posclásico Temprano (650-1150 d.C.) y Posclásico Tardío (1150-1521 d.C.).

Los motivos rupestres más tempranos aluden a espirales, cuentas circulares para contabilizar el tiempo, gotas, la maqueta de un juego de pelota, un personaje con pectoral circular y tocado de plumas, y el perfil de un jaguar, cuyo tronco se observa decorado con puntos, a manera de manchas.

Otro motivo en Piedra Letra es un sol con rostro, el cual se estima, por su técnica de manufactura, como perteneciente al Posclásico Tardío, que refuerza la idea que en la cima del cerro se hacían ceremonias relacionadas con el calendario solar y el ciclo agrícola, la petición de lluvia y la fertilidad de cultivos.

De la inspección arqueológica también sobresale el registro de un par de sitios con arquitectura monumental. En el primero, San Cristóbal, además de montículos, se observan estelas lisas de granito –de hasta 2 metros de alto– y piedras grabadas con espirales y círculos. En el segundo, Guadalupe Mano de León, se localizó una plataforma con restos de muros y un hacha de piedra.

Los arqueólogos refieren que los motivos de los petrograbados y otros contenidos en bloques constructivos son los primeros elementos rupestres conocidos para el municipio. De ahí que, para enriquecer la identidad gráfica de Tlacoachistlahuaca, se integrarán a un catálogo iconográfico.

El arqueólogo Pérez Negrete concluye que  “este acercamiento a Tlacoachistlahuaca permitirá adentrarse en el origen de la nación amuzga, tema arraigado en la memoria de los pueblos, a través narrativas, muchas veces contradictorias entre sí, por lo que es necesario contar con datos duros, procedentes de la arqueología, para aportar información al respecto”.

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