• Participarán tres jóvenes mujeres originarias de pueblos indígenas integrantes del colectivo Iranu
  • Todas juntas por sus derechos, autonomía y saberes

En el marco del emblemático 2025 Año de la Mujer Indígena, para conocer y divulgar los desafíos que enfrentan las comunidades en sus prácticas, conocimientos y organización desde la perspectiva histórico social, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, en colaboración con el Complejo Cultural Los Pinos, ambas dependencias de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, invitan a la segunda sesión del ciclo Saberes de mujeres indígenas con el conversatorio Hacer comunidad, hacer política.

El encuentro de mujeres indígenas presencial se llevará a cabo en el Salón Venustiano Carranza, del Complejo Cultural Los Pinos, puerta 1. Avenida Molino del Rey núm. 1, Bosque de Chapultepec, 1a Sección, C. P. 11580, alcaldía Miguel Hidalgo, el domingo 8 de junio a las 12 h.

Participarán en la conversación la joven purépecha antropóloga y politóloga Pamela Pérez Ponce, proveniente de una familia migrante campesina; la abogada y servidora pública de origen nahua, Angélica Pablo Peña, originaria de San Martín Jolalpan, estado de Guerrero, y la joven nahua de primera generación en la Ciudad de México, Andrea Paulina Herrera Sánchez.

Las tres representantes indígenas son integrantes del colectivo Iranu, de Mujeres Jóvenes Indígenas Residentes en la Ciudad de México. Dicha palabra de origen zapoteco del istmo de Tehuantepec significa “Todas Unidas”. Se definen como, “mujeres jóvenes indígenas migrantes, con autonomía, que participan, inciden y ejercen sus derechos individuales y colectivos”.

Hacer comunidad, hacer política condensa la respuesta histórica por la dignidad y la justicia de los pueblos indígenas ante la pretensión neoliberal de formalizar la compra venta de tierras ejidales, de la reforma al artículo 27 constitucional emprendida por el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, en 1992.

Esas políticas neoliberales generaron gradualmente condiciones y capital suficiente para la formulación de grandes proyectos económicos y de infraestructura que buscaron el control, la extracción y la exportación de bienes naturales lo cual desembocó en desplazamientos forzados para la explotación de tierras, aguas y bosques.

La reacción de las comunidades de los pueblos originales tuvo su expresión cúspide el primero de enero de 1994 en Chiapas, tras un arduo trabajo de una década. Sobresalieron las tareas de resistencia de las mujeres, las jóvenes y las niñas con sus actividades cotidianas y el impulso a la comunidad, la contrahegemonía y la autonomía.´

Esa resistencia alcanzó en 2011 la reforma al artículo 1º constitucional, el cual reconoce y protege los derechos humanos de todas las personas, incluyendo los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, y los tratados internacionales en los que México es parte

Recientemente, el año pasado, la transformación del país dio paso a la reforma al artículo 2º constitucional en materia de derechos indígenas, el cual reconoce y garantiza los derechos de los pueblos indígenas, promueve la diversidad cultural y lingüística, y contribuye a la construcción de una sociedad más incluyente y equitativa.

Hacer comunidad, hacer política brindará el espacio para recordar y enseñar de dónde se proviene y fortalecer la identidad. En palabras de la pedagoga, Andrea Paulina Herrera Sánchez: “busco crear comunidad, compartiendo a través de talleres o recursos digitales nuestras experiencias, saberes e historias, esperando inspirar a otras mujeres para actuar desde sus espacios”.

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