Se inaugura el Coloquio Internacional “Malintzin: Mujer palabra”, en el marco del Año de la Mujer Indígena La secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, afirmó: “Malintzin no fue una traidora, sino una estratega, no fue una sombra, sino una mujer completa” Se abordaron nuevas lecturas sobre la vida, el legado y la representación histórica de la oluteca En su segunda jornada, que se realiza mañana, viernes 28 de noviembre de 2025, se abordan la construcción de una imagen negativa de La Malinche, marcada por visiones racistas y sexistas y se proponen nuevas interpretaciones para su dignificación La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de Canal Veintidós y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), realizó la primera jornada del Coloquio Internacional “Malintzin: Mujer palabra”, como parte de la serie de eventos “Mujeres del maíz”, en el marco del Año de la Mujer Indígena. Con un conversatorio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, se revisó la biografía de Malintzin, su papel como traductora y mediadora cultural en el siglo XVI, así como las formas en las que la recuerdan en comunidades de Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y otras regiones. Durante un recorrido previo –guiado por una mojiganga de Malintzin de más de dos metros y que avanzó por la calle de Madero de la Plaza de la Constitución a la explanada del Palacio de Bellas Artes– se dieron múltiples conversaciones con transeúntes, estudiantes, familias y personas mayores que compartieron su visión sobre Malintzin. Entre preguntas directas –“¿usted sabe quién fue la Malinche?”, “¿cree que fue traidora?” o “¿tenía opción siendo esclava?”–, la gente expresó una reflexión diversa y viva sobre su figura. Muchas personas coincidieron en que “fue una mujer muy valiente porque era esclava” y que “nadie es traidor dependiendo de su condición”, con el recordatorio de que, como niña cautiva, “la traían de un lado a otro”, lo que explica que hablara cinco lenguas a muy temprana edad. En la inauguración del encuentro, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, afirmó que el coloquio es “un espacio donde inicia el diálogo impostergable sobre Malitzin, una de las figuras más poderosas, más injustamente tratadas en la historia de México, porque sin Malitzin la historia de la Conquista no la entenderíamos. Fue el puente entre dos mundos que no tenían forma de escucharse. “Y, en la Secretaría de Cultura, tenemos la certeza que no hay transformación cultural sin justicia histórica para las mujeres, quienes han sostenido territorios, lenguas, saberes, resistencias y han mantenido viva la cultura, aún cuando los relatos dominantes decidieron borrarlas, silenciarlas o condenarlas”, subrayó. Consideró que “México necesita una narrativa que reconozca la dignidad, inteligencia y fuerza histórica de quienes hicieron posible la vida comunitaria y la vida cultural de nuestro país… Malintzin no fue una traidora, sino una estratega, no fue una sombra, sino una mujer completa. No solo acompañó la historia, la condujo. No fue un estigma, sino una voz que transformó nuestra historia”. A su vez, la historiadora Camilla Townsend –profesora en la Universidad de Rutgers y autora de Malintzin: una mujer indígena en la Conquista de México– presentó vía remota una lectura esencial de las fuentes nahuas del siglo XVI y recordó que quienes conocieron a Malintzin “no la culparon por la conquista; sabían demasiado sobre la vida de las mujeres capturadas como para hacerlas responsables de los males del mundo”. Explicó que las crónicas indígenas la muestran como mediadora capaz de negociar la paz y preservar vidas, con un actuar desde la ética política nahua que exigía a los líderes proteger a su pueblo. En su participación virtual, la investigadora estadounidense Sandra Messinger Cypess –profesora, traductora y especialista en literatura y cultura latinoamericana, autora de La invención de La Malinche– revisó los mitos y representaciones que han distorsionado la figura de Malintzin a lo largo de los siglos. Señaló que gran parte de lo que se repite sobre ella proviene de “ideas estereotípicas o mitos transmitidos socialmente por generaciones”, y subrayó que ni conocemos su nombre de nacimiento ni existen bases históricas para afirmar que fue “la amante de Cortés” o “la primera traidora”. En su participación, la lingüista oaxaqueña Denisse Rebeca Gómez Ramírez –zapoteca, maestra en Estudios Latinoamericanos y una de las pocas investigadoras que trabaja la lengua oluteca, idioma materno de Malintzin– presentó la ponencia “Malinchi: relato y resistencia desde la memoria oluteca”, en la cual explicó que el nombre Malinchi responde a la pronunciación local de Oluta, sitio en el que su figura permanece viva en danzas, relatos y monumentos. “Así la conocen, así la nombran y así la honran”, señaló al mostrar cómo las mujeres olutecas encuentran prestigio y orgullo en representarla durante la tradicional Danza de la Malinche. Asimismo, participó de manera presencial la historiadora Fabiola Carrillo Tieco, originaria de San Pablo del Monte, Tlaxcala, e integrante de una comunidad nahua de la región de la Malinche. A partir de su investigación de maestría sobre la oralidad contemporánea en tres comunidades nahuas, compartió relatos en los que el cerro Matlalcueye–Malintzi aparece como deidad, guardiana del agua y figura materna para los pueblos que habitan sus faldas. Explicó que la montaña es entendida como territorio, casa y cuerpo social –“para la gente, la Malintzi es una mamá, una madre para los lugareños”– y que en los mitos se le pide lluvia, se le llevan ofrendas y se le reconoce como benefactora y protectora. También, el historiador y antropólogo Federico Navarrete Linares delimitó con rigor los hechos documentados sobre Malintzin y su papel en episodios clave de la conquista. Aclaró que no participó en la matanza del Templo Mayor, pues en ese momento se encontraba en Veracruz con Cortés, y destacó que en la Noche Triste “probablemente se jugó la vida como todos los miembros de la expedición”, tal como sugiere su representación armada en el Lienzo de Tlaxcala. La activista, directora de teatro y moderadora del encuentro Jesusa Rodríguez, compartió los primeros hallazgos del recorrido performático realizado desde el Zócalo con la mojiganga y afirmó: “Ninguna de las personas abordadas consideró a Malintzin una traidora”, sino una figura digna de reconocimiento. Rodríguez también invitó al público a la segunda jornada del coloquio, que iniciará con el recorrido desde el Zócalo a las 15 h, y, en el Palacio de Bellas Artes contará con la participación de Yásnaya Aguilar, Inés Hernández-Ávila, Nadia López García y Yelitza Ruiz, a partir de las 17 h. AS
